Mi experiencia con el Yoga

Mi práctica del yoga comenzó con una necesidad de sanción física, a pesar de ser una persona
muy activa y que disfrutaba de una carrera mañanera de 45 minutos diaria, un buen día el dolor
del nervio ciático me inmovilizó por varios días. Había escuchado del yoga varias veces y
algunos conocidos que ya lo practicaban me sugerirán intentar darle una oportunidad a esta
práctica. Yo era de las personas que pensaban que el yoga era una manera de ejercitarse
demasiado pasiva y con poco reto. Finalmente a insistencia de una buena amiga me inscribí a
mi primera clase, esa vez me bastó para descubrir que esta práctica es un reto constante
especialmente en las posturas que creemos son las más sencillas. Durante los casi siete años
que he estado en esta práctica he tenido la fortuna de tener excelentes instructores que han
desde luego aportado a mi práctica y a mi vida diaria mensajes maravillosos. El yoga me ha
dado la oportunidad de conocerme más a fondo y descubrir que siempre hay opciones para
todo, en el día a día hay ocasiones que una situación difícil pareciera interminable o que no hay
muchas formas de salir de ella, pero igual que en esta práctica el tomar tiempo para respirar
profundo y aclarar la mente regularmente nos permite ver que siempre hay una alternativa
para todo. Este último año y el que va en curso parecen han sido un reto constante pero hoy
más que nunca mi tapete de yoga es mi apoyo incondicional, es quien me recuerda que hay
veces que todo va a fluir de manera natural pero que también hay retos grandes como esto que
estamos viviendo y que lo mejor que se puede hacer es: ser paciente, resistir y sobre todo
respirar.
Namasté

Maricruz de León – Fundadora

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